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Soy una persona inquieta, que ama la vida en toda su extensión de la palabra y disfruta escribiendo lo que percibe de ella, saboreando cada palmo de lo vivido. soy terapeuta holistico.

jueves, 22 de mayo de 2008

EL CAUTIVO

Cuando llegamos, lo primero que vimos fue sus ojos brillantes. No podía disimular su alegría por la visita que recibía, me acerque a la puerta del corredor donde asomaba su rostro anhelante y habido de cariño, buscando una caricia de mis manos.

Abrimos la puerta y pase a tocar su cabeza tersa y suave, él recostaba su cabeza con sumo placer y agradecimiento sobre mis manos, frotando su rostro en mis palmas, luego se irguió tan largo como era para tratar de abrazarme.

Me pregunté una y otra vez, el porque tenia que dejarlo ahí, solo, encerrado, como si cumpliera un castigo, cuando en realidad lo único que deseaba era tenerlo conmigo. No me agradaba sentir su abandono reflejado en su actuar.

El esperaba que fuera a liberarlo de su encierro, y venirse a nuestro hogar. Pero la verdad era que no iba a traérmelo, ni siquiera a librarlo del encierro. No podía darme ese lujo, solo fui a ver, que tuviera alimentos y darle algo de mi persona.¿Cuanto duraría su encarcelamiento fuera de la familia?, no lo sabia, solo sabia, que en algún momento sucedería. Me estremecí al darme cuenta, que yo y nadie más que yo, tenía el poder de inclinar la balanza a su favor tomando una decisión al respecto. Que en mis manos había mucho poder para eso.

Recordaba, como días atrás se había abrazado fuertemente a mi pierna izquierda y no podía lograr que me soltara, se aferraba con suma fuerza y con un rostro presa de angustia y suplica, para que no lo dejara ahí. Me tuve que soltar de su abrazo que duro como 10 o 15 minutos. Por fin cuando logre soltarme me fui con el corazón acongojado como si lo apretaran fuertemente, y un nudo en la garganta no se hizo esperar.

Unos días después fuimos a ver como se encontraba, decidí, solo saludarle a través de la reja, para no estar expuesta, a que de nuevo se aferrara a mi cuerpo y no tener el valor de dejarlo de nuevo.Realizamos algunas faenas en el lugar. Se vio que no le faltara agua ni alimentos. Cuando llego el momento de retirarnos, el se acerco a la puerta dispuesto a salirse junto con la persona que le administro lo necesario para su sustento. Temíamos que saliera primero que la persona y se nos escapara. ¿Qué sería de él, si se nos iba y ya no lo encontrábamos? ¿Qué sería de nosotras, que perderíamos su cariño cautivo hasta el momento.

Por fin, me acerque a la reja del corredor, lo llamé, le puse mi mano en su rostro , cerraba sus ojos sintiendo la caricia. Eso fue, para que la otra persona lograra salir sin que la siguiera. Cuando se dio cuenta del truco, en su rostro dibujo un rictus de dolor, de abandono, y lanzo una replica tan fuerte que estremeció mi corazón y mi ser, se soltó en un llanto grave y desesperado, preguntando, porque lo dejábamos ahí. El no entendía, porque esa decisión, si percibía nuestro cariño, y el nos lo daba a raudales.

Nuestro corazón estaba contrito, subimos al auto y hasta allá se escuchaba su replica, su coraje, y su lamento. Yo no quería siquiera voltear a ver su rostro, que reflejaba tanta angustia y abandono, que me hacia sangrar el corazón.

A él, le había tocado el papel más difícil de lo sucedió días atrás. Los amantes de lo ajeno se habían colado a robar en ese sitio y por poco, nos dejan sin nada. Como él, es nuestro guardián, y guardaespaldas; le tocaba ese papel difícil, estar ahí para cuidar el patrimonio familiar.

Es difícil explicarle, y que entienda, cuanto lo amamos, y el porque todos tenemos que cooperar para evitar el robo en nuestros haberes, y por lo que veo, parece que él pagó, lo que le tocaría pagar al ladrón si lo capturaran.

La otra persona estuvo ahí dos días, para que no se sienta solo, viéndola salir y entrar. Pero aun así, su llanto es fuerte. Con ladrido de protesta, que parece, que morderá a quien se acerque. Y a la vez, de tristeza cuando lo dejamos. Creo que hasta su pelo hermoso y largo de perro labrador, empieza a perder.

Habrá, que estar cerca de él más tiempo, y sacarlo a pasear. Mientras se encuentra otra solución.

CELIA RIVERA GUTIÉRREZCd.
Cd. Obregón Sonora, México
28 de enero del 2008

2 comentarios:

Jorge Arié Cravioto Tellechea dijo...

¡¡¡HOLA!!!:

Felicidades por tu blog. Espero leerte aquí constantemente. Pasando a tu relato de ese perro cautivo, me vino a la memoria, la cara de angustia que aprecié en mi perrita "Estrellita" French Poodle Mini TOY, cuando la dejé, hace poco, para una cirugía mayor en el hospital veterinario de la UNAM. Tu relato me hizo sentir lo que bien describes en él. Preciosa, si no puedes atenderlo buscale una familia amiga tuya que le de más compañía. ¿ Sabes que un perro puede morir simplemente por sentirse solo?. lOS PERROS SON ALTAMENTE SOCIALES Y NO SOPORTAN LA SOLEDAD. Entiendo lo que sientes, pero si tiene otra solución el problema, más vale darlo en adopción. Saludos y enhorabuena por el blog. Un beso para ti.
Jorge Arié

Celia Rivera Gutierrez dijo...

¡Hola Jorge! Bien venido

Gracias por estar aquí y por esa felicitación que se es genuina como tu mismo.
Mira jorge en cuanto a mi relato es una especie de cuento. Donde pongo los pormenores del sufrimiento que surge entre seres que se aman y se tienen que separar por alguna razón, y sobre todo en el momento de la separación. Y el relato tenía como objetivo ser un poco alarmante y a la vez medio misterioso para ver si el lector desde el comienzo podía identificar al personaje de “el cautivo”.
Ahora mi perro en realidad su cautiverio es no tenerlo en la calle para que no se lo lleve la perrera esta en el interior de una casa donde recorre su patio a su antojo y todos los días se le va a ver y darle comida y cariño, pero el asunto es que tuvimos que dejarlo ahí, no porque no quepa en donde yo vivo, sino como guardián mientras le pongo una reja al cielo del patio de esa casa que esta amueblada y por ahí pueden meterse los ladrones que ya hicieron de las suyas. Por lo tanto no lo puedo dar en adopción porque entonces si nos separaríamos de verdad y tampoco me ayudaría cuidar lo nuestro.
Los perros son como los humanos y se les puede encomendar labores como esta pero como los humanos si lo das en adopción ya grande se sienten despreciados por los seres que ellos más amaban.

Creo que toque tus fibras sensible con este relato. Gracias por ser como eres.
también un beso para tí
Celia