
En mis mejillas como arroyos fluyendo
Vertidos de ciertas afluentes saladas
Cuyas compuertas han sido abiertas
Sacando mi nostalgias acumuladas
Cuando mi ser se siente solitario
En este vaivén de la vida
Al sentirme como niña regañada
Por sus travesuras… en la nada…
Tengo un manantial de agua salada
En las cuencas de mi rostro… las lagunas
Donde veo mis ilusiones ahogadas
Quizá tenían que lavarse
Para poder ver con mirada clara
Corren las aguas como afluente
Vertido, que lava mis nostalgias
Ojala también laven mi tristeza
Convirtiéndola en alegría de mi alma
Y ojala también laven mis torpezas
Quitando la inercia que me atrapa
Cuando me siento inútil en la vida
Con sus arroyos de agua salada
Mi rostro queda impávido
Mi alma congelada...
Solo siento las aguas saladas
Rodando suavemente por los surcos
Que en mi rostro se enmarcan.
Mi corazón queda quieto
Como escuchando la nada
Solo la vida allá afuera sigue cantarina
Ignorando las vertientes saladas
Pues para ella solo existe el presente
Y cada quien vive su alborada
Celia Rivera Gutiérrez
Cd. Obregón Sonora
4 comentarios:
Me encantó la forma de expresión.
Felicidades también.
Si, cierto, cada quien vive su alborada. Pero también cada quien tiene ese afluente de agua salada que la tristeza en ratos de nostalgia toca el alma y abre sus ojos. Momentos estraños de la vida que nos da la nada. Cuando se necesita ese alguien que está en cada lágrima. Tierno, sentido inspirado y singular poema que refleja eso que brota cuando el alma ama en el silencio de la nada. Quien fuera tu nada para estar ahí. Un beso para ti.
Jorge Arié
Buen día.
Gracias anonimo por tu visita y tu felicitación.
Saludos
Gracias Jorge por tu sentodo comentario donde al parecer aflora tu alma recordando tus momentos de agua salada y tu amor en silencio a alguien en la nada.
ojala ese amor en silencio volviera a llenar tu vida retornando a tí regresandote la alborada
Un abrazo y un beso para tí tambien
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