
En el manto nocturno
la noche es cómplice
cobija en su seno
las almas noctámbulas
sintiendo sus cuerpos
tocando y palpando
lo rincones de ambos
bebiendo sus mieles
llenos de antojos
sintiendo sus sienes
de sangré caliente
de ríos y quereres
se explora la fauna
se explora la flora
se siente el calor
se siente lo húmedo
de sus rincones
llenos de sumo
llenos de volcanes
llenos de fuentes
bajo manto nocturno
lleno de estrellas
que hacen brillas
los ojos de ellas
elevando el mastil
del que la corteja
y fundiendo sus centros
como centellas
da a luz galaxias nuevas
se recoge la noche
en una tregua
de miradas ocultas
entre ellos y ellas.
Celia Rivera Gutiérrez
Obregón Sonora, México
Nov. 30 del 2009
4 comentarios:
De noche mi querida celia, todo puede pasar, incluso dar paso al nacimiento de escritos como los tuyo, un placer disfrutr de tus letras, besos
Excelente poema el que nos acercas, la musa de la noche es más fluida en silencio y oscuridad.
Cálido abrazo.
Hola, Celia:
la noche, ¡Ay! la noche. Cómplice de momentos felices o propicia para el acecho de la maldad.
Un cara o cruz de la vida.
Abrazos.
Wow amiga
Que cachondería de escrito, está hermoso, pero por sobre todo bien construido.
Saludos
Franko
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